Con el blog pretendemos proporcionar al alumno, materiales y orientaciones para de repasar la Historia de España de 2º de Bachillerato

miércoles, 5 de julio de 2017

La España de los Austrias: Sublevaciones de los Comuneros, Agermanados y Moriscos de las Alpujarras.

En este capítulo pasamos a analizar los principales acontecimientos internos acaecidos en el Siglo XVI, periodo que constituye un conjunto completo con dos reinados, Carlos I (1516- 1556) y Felipe II (1556-1598), y una misma política, que continuara con las imprescindibles adaptaciones de tiempo y lugar.
 
Ubieto Arteaga en “Génesis y desarrollo de España” nos dice que en la España de Carlos I, pronto se definieron dos posturas encontradas sobre la concepción del Estado:
 
La primera  autoritaria-absolutista, encabezada por la Monarquía, que propugnaba una tenencia hacia la unidad política, militar, religiosa etc., impuesta desde Castilla lugar habitual de residencia de los monarcas y de la que se mostraron partidarios el Duque de Alba y Olivares, entre otros.





Duque de Alba


La segunda, defensora de una concepción pactista que defendía una monarquía no absolutistas, sus defensores radicaban en la periferia no castellana: Aragón, Navarra, Portugal.
 
Encontró defensores dentro del aparato del Estado como Gattinara y los Erasmista en el reinado de Carlos I; Eboli y Antonio Pérez en el de Felipe II y Juan de Austria en el de Carlos II.



 
 
Canciller Gattinara
 
 
La defensa de ambas posturas dio origen a una serie de crisis y actos de guerra que deterioraron el sistema político interno, agravado por las luchas en Europa.
 
La primera crisis de importancia se centró en la Sublevación de los Comuneros y Agermanados cuya derrota afianzo más la Monarquía de Carlos I.
 
En el reinado de Felipe II, la segunda crisis la motivaron los Moriscos de las Alpujarras a quienes se les había obligado en tiempos de Cisneros a abrazar el catolicismo.
 
En 1591 estallo una nueva crisis con motivo de la huida de Antonio Perez a Aragón para ponerse bajo el amparo del Justicia Mayor de Aragón, lo que hizo intervenir al ejercito real.
 
 
Pero la crisis de mayor alcance tuvo lugar a partir de 1640 cuando la política centralista del Conde-Duque motivo la sublevación de los Estados periféricos originando entre otras consecuencias la independencia de Portugal.



 
Gaspar de Guzmán, Conde -Duque

Antes de pasar al análisis de todos estos problemas internos, (que serán objeto de sucesivas entradas), recordemos en pocas palabras que eran las Españas del siglo XVI, y que podía pensar el joven Carlos de Gante.
 
Para ello podemos utilizar el texto de Fernández Álvarez, recogido en su obran “ Carlos V un hombre para España”
 
“ Ya podía el joven rey preparar su partida para las Españas; emocionante viaje hacia unas tierras de las que todo el mundo hablan ; las tierras de Isabel y de Fernando, que habían vencido al nazarí granadino y derrotado al francés en Nápoles. Las que se habían lanzado arrolladoramente a la conquista del norte de Africa, asaltado Orán, Bugjia y hasta Trípoli. Y, sobre todo, las que habían dado apoyo a Colón y habían entreabierto las puertas del Océano. De aquellas Españas se decían cosas extrañas, algunas resplandecientes e increíbles, otras penosas y difíciles. Pues también eran ya las Españas de la Inquisición, las Españas que habían perseguido a los conversos acusados de judaizar y habían expulsado de su seno a los hispanojudíos. Las Españas era una especie de caldera hirviente, donde se mezclaba la sed de aventura, los afanes caballerescos e hidalgos, y las pasiones religiosas. Atraía pero quemaban”.
 
Recordemos, además, que aunque Cisneros había mantenido en paz, durante 10 años, a los reinos, en 1516 era ya un octogenario, y el país no se dejaba gobernar tan fácilmente por su mano.
 
Estaba, también, la cuestión sucesoria, que si en principio correspondía a Carlos, como primogénito, se complicaba por el hecho de vivir su madre la reina, y por la presencia del infante don Fernando; es cierto que era tres años más joven, pero había nacido en Castilla y por tanto era considerado como el príncipe nacional y tenía sus partidarios frente a Carlos, extranjero.
 
A este país se traslada Carlos donde pronto estalla una crisis que pone en peligro el trono en los reinos de Castilla y Valencia

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